domingo, 2 de mayo de 2010

No hay instrucciones...

Llegué a casa después de un nuevo viaje y esta vez todo me supo diferente. Siempre que me voy pienso que la Felicidad verdadera la inventaron en un país fuera de nuestras fronteras y allí la encontraría; pero esta vez me equivoqué.


Llegué a casa, y tenía una legión de mensajeros esperando a las puertas de mi tablón para recordarme que no me hice grande por mi fecha de nacimiento sino por los amigos que tengo.


Ellos me han enseñado que no hay instrucciones para cumplir los 23, pero si las hubieran serían muy parecidas a estas.

PD.- Gracias a todos y cada uno que los que hicisteis especial este 23 cumpleaños. Algún día, cuando pase el tiempo y me pregunten, diré que estuve sentado bajo las estrellas, en una playa de portugal, tomandome un trozo de tarta de chocolate y brindando con un botellín mientras que en mi teléfono móvil no paraban de llegar muestras de vuestro cariño. Eso no se olvidará.

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