domingo, 30 de agosto de 2009

He intentado...

Puedes llamarme loco una vez más y decir que mis pájaros pueden conmigo.
Llámame camelante o dime que exagero si te digo a susurros que te quiero.
No me crees cuando digo que inventaré nuevas formas de quererte, que tengo mucho más que darte, me quedan mil formas para sorprenderte y mi cheque de la ilusión nunca se gasta.

No me canso, ni me faltan las fuerzas, así que contigo tendré cuerda para rato y hoy, hasta te reconozco que me pongo algo pesado cuando pasas por mi lado y ni me miras, yo tengo un punto debil y no me importa confesarlo, me muero de miedo cuando juegas a ese juego del para mí no existes.

Es verdad eso de que si me miras a los ojos adivino lo que piensas. No necesito verte para saber si tienes miedo, hambre, frío o algo de sueño y aunque ningún notario ha venido a comprobarlo he descrifrado todos tus lenguajes, háblame con besos o incluso en silencio, aunque esto no lo considero un don, simplemente me lo ha dado el paso del tiempo. Tú eres quien me enseña a interpretarte cada día. Déjate descifrar un nuevo día.

Siempre quiero ganar pero contigo hago la vista gorda, te has convertido en mi excepción y por tí doy el brazo a torcer las veces que hagan falta. Tengo un punto masoca y por eso te quiero de esta forma, pero no sonrías al leer esta frase, el mérito no es nuestro. Dale las gracias al que se lo merece, mi forma de querer es culpa del de arriba. Hoy tengo la certeza de que yo no te encontré, ni soy ese principe que siempre habías buscado y que tanto te dicen, yo sólo soy yo, tú sólo eres tú, y nosotros somos uno porque Dios quiso darle sentido a nuestras vidas. Gracias a Él hemos vivido todo ésto y sólo Él sabe el mañana de este cuento, pero una vez más te digo, tu no eres sin mí, yo sólo soy contigo.

He intentado tantas cosas imposibles que estoy dispuesto al más difícil todavía. Apróvecha esta oferta y exprime el corazón ahora que puedes. Hazme una vez más esa pregunta sobre cuanto te quiero.

Mucho. Te quiero y lo recojo a mi manera, resumiendo sentimientos con palabras, porque aunque no te lo creas te he mandado una caricia de mi playa a la tuya, espero, por demostrar mi amor con hechos, no haber muerto ahogado...

... sólo puedo decir, al menos lo he intentado.

jueves, 20 de agosto de 2009

Hogar Salado Hogar...



... después del Camino, después de pensar toca emigrar.
Si me quieres encontrar, busca en Rota, mi Hogar, salado hogar.

Más tuyos que míos....

Sin saber muy bien el qué decirte o el cómo contarte; incluso desconozco que esperas del próximo post.

Me gustaría estar a la altura, me gustaría darte eso que quieres, regalarte con mis frases una crónica que merezca la pena, porque si te digo la verdad, me muero de ganas de poder resumirte de la mejor forma posible lo que han sido estos días de Camino, pero las experiencias se viven, y por mucho que me empeñe consiguiré contarte tan sólo la parte que puedan explicar las palabras.
Así que podría usarlas para hablarte de qué cumplí mi promesa, de que al fin conseguí llegar a esa ciudad llamada Santiago, que el esfuerzo mereció la pena y que ese niño que hacía promesas sentado sobre unas escaleras llegó mucho tiempo después con barba de varios días y algunos años más de experiencia a la espalda.
Podría contarte que sentí miedo, que me sentí pequeño, que no fui tan valiente, que tuve dudas, incluso creí perder lo que mas quería; pero eso no lo sabe nadie, el secreto de los valientes es que nunca dicen que tienen miedo.
Podría encontrar palabras para decirte que amé de verdad, que no pude quejarme, que mi mano servía de apoyo, mi cuerpo no tenía dolores, las fuerzas nunca me faltaban. Palabras que te digan que he querido de verdad porque no pensaba en mí sino en tí, en encontrar la manera de ayudarte, de hacer más fácil tu camino, dejar de pensar en mí para sentir por tí. Nunca pensé vivir el Camino de esta forma, pero me alegro de haberlo hecho porque empiezo a darme cuenta de lo que significa querer hasta que te duela por dentro. Por esa razón en estos días no existío dolor que tuviera valor para doler por fuera.
Seguro que te interesaría saber que dormí en el suelo, que mis costillas se acostumbraron a pasar las noches en pueblos perdidos habitados por peregrinos y fueron infiel a la noche siguiente con otro suelo de algún pabellón que me daba otras sensaciones que no supo darme el anterior. De suelo en suelo, me sobran camas.
Me jode que el hambre no pudiera conmigo porque sé que el hambre le gana la partida a mucha gente en este mundo. Ojalá no pudiera con nadie, ojalá nadie llegará a sentirlo, ojalá nadie tuviera que pasar hambre en este puto mundo. Y al hambre se le une el frío, llevabas razón, no hay peor enemigo ya que te paraliza, te bloquea, te lleva al pensamiento negativo, ha sido el único que me ha hecho temblar, pero sentirlo me ha hecho valorar los refugios, mi abrigo, mi techo y pensar en todos esos que por una u otra razón no tienen una casa esperandolos. Todo esto te lo enseña el Camino, a lo mejor en tu vida normal no eres capaz de pensar en este tipo de cosas, a lo mejor no tienes tiempo ni de sacudirte las migas de pan de la ropa o de bajar la calefacción.
Y las palabras podrían transformarse en anécdotas que te cuenten muchas batallas, pero al fin y al cabo son palabras. Así que he decido darte mucho más que mis frases, ahora que llegué quiero regalarte lo que más valor tuvo en este Camino, mis Pies.

Ellos han estado junto a mí, han sufrido el esfuerzo, han recorrido 170 Kms y han sido la herramienta para conseguir mi sueño y para sentir de verdad. Mis pies han sido mi experiencia, ellos han superado obstáculos, han ido pegados a tí, han esquivado tropiezas y han sido compañeros de mis rezos, pero todo este Camino es un camino de personas, un camino que se vive junto a la gente que aparece en él y un camino que te trae a la cabeza a toda esa gente que hay en tu vida.

Gracias a mis pies he podido sentir cuales son las cosas esenciales de mi vida, esas cosas que nos cuesta mucho trabajo ver, pero que se han ido haciendo visibles. Ahora no hay palabras que puedan explicar lo que se siente, pero notas que no andas sólo, en tus pies llevas a toda esa gente que hay en tu vida, que vive contigo, que ha estado de paso, todos y cada uno se hacen presente en estos días para recorrer algún momento del Camino.

Por eso quiero hacerte este regalo, yo ya no los necesito, ya los usé y te tuve junto a mí para darme cuenta que lo verdaderamente importante son las personas que Dios ha puesto a mi lado.

Tú que lees, eres una de ellas. Ahora, te los doy. Tómalos, son más tuyos que míos.

Gracias por estar ahí, sin darte cuenta me hiciste más fácil el Camino.

PD.- Me muero de ganas de buscar un momento en el que vernos, a lo mejor ahí encuentro palabras para contarte todas esas anécdotas que viví en el Camino. Llámame y hablamos. Recuerdame que te cuente todo cuando te vea.

jueves, 6 de agosto de 2009

Volver...

No hacía mucho frío aunque el cielo estaba algo nublado, a pesar de todo, era verano y las primeras horas de la tarde se notaban al llenarse las cafeterías de la zona.

Mi padre, tranquilo, cumplía una de esas letras pequeñas que tienen los patriarcas, esperaba una larga cola para darnos libertad y descanso a los demás. Mi madre mientras, paseaba con sus gafas de sol, iba de escaparate en escaparate para ver que souvenir merecía la pena, pero era capaz de no perder la concentración ni despegar la mirada de nosotros, era esa vigilante perenne, era una madre pendiente de sus hijos, era mi madre. Mi hermana, por aquel entonces, podía batir cualquier record del mundo de velocidad, era capaz de estar aquí y allí, al mismo tiempo te iba a buscar, se ponía impertinente, llamaba tu atención y te alegraba, todo eso en menos de un minuto, así con todos los miebros de la familia en simultáneo; en esa época sí que era la hermana pequeña....

... Y yo, sentado en una larga escalinata, grababa con mi cámara de video esa inmensa hilera de peregrinos que llevaban a la espalda sus maletas y traían caras de alegría, parecían un ejército de caracoles con sus casas a cuesta e invitados a una fiesta, rostros de estar viviendo el día perfecto, el que siempre habían soñado, a ellos poco le importaba que estuviera nublado aunque fuera verano.

Han pasado los años, he olvidado algunos detalles, apenas recuerdo de que era la empanada que mis padres nos había comprado para matar el tiempo de espera, tampoco recuerdo la ropa que llevaba ni soy capaz de recordarme físicamente, aún así, en mi mente me veo muy niño, un niño a los pies de la Catedral de Santiago.

Ahora estoy apunto de salir, escribo aquí porque creo que es la mejor forma de matar los nervios, esos que tiene un caminante en el último minuto cuando le abordan las dudas, esas de no saber cómo irá la cosa, de tener mil cabos sueltos, de vivir una aventura; lo único que se tiene claro es el destino, el resto está en el aire. El mío se encuentra en Galicia y algunos lo llamaron Campo de Estrellas, Compostela.

No recuerdo si al final llovió esa tarde, creo que a mi padre le gustó mucho lo que compró mi madre y mi hermana posiblemente contaría los escalones varias veces y me parece que hasta los subió a la pata coja. No sé.

Lo que no he olvidado es que ese día, viendo toda esa gente, viendo sus caras y sus pies, viendo sus manos agarrados a sus bastones, viendo que no tenían nada y al mismo tiempo se sentían tenerlo todo, ese día prometí que algún día volvería a ese lugar, pero esta vez yo sería parte de ese ejército de caracoles, yo llevaría mi casa a cuestas y yo sería ese peregrino al que no le importa que el cielo esté nublado una tarde de verano.

Comienza mi camino y voy a cumplir esa promesa, esa en la que mi padre en su espera, mi madre con su mirada y mi hermana con su inquietud fueron testigos aunque no llegaron a darse nunca cuenta.

Hoy hago mi camino por mí, por ellos y por tí.... por todos y cada uno de los que vais conmigo en mi mochila y me voy con ganas de sentir frío, hambre, miedo, sueño y soledad, porque así espero darme cuenta de las cosas que valen la pena.

Y ya lo dijo Serrat, se hace camino al andar. El mío termina en Santiago, o allí es donde empezará.


martes, 4 de agosto de 2009

Declaración de Intenciones, por Pili Medrano

Su nombre es Pili Medrano y de mayor quiere ser tantas cosas que en su lista de asuntos pendientes donde aparecen millones de sueños tiene puesto en grande la palabra Periodista.

Ella sin darse cuenta contagia sensaciones y hoy he decido traer aquí una dosis de las cosas que transmite. Lo hago porque me he llevado mucho tiempo buscando las palabras para hacer una declaración de intenciones que valiera la pena sin encontrar nada, pero ayer lo comprendí todo, las palabras precisas no existían porque ya las había usado ella...

Ahora soy yo quien las trae a este lugar, esta es su declaración de intenciones, porque me gustaría que todo fuera más sencillo, que pudiera resumirse en 20 líneas o que todo eso quedará descifrado en un código de barras. Únicamente necesitaríamos mirarnos para saber que hace falta....

... Hecha las presentaciones lo demás, es cosa vuestra.



Declaración de Intenciones

"No soy lo que buscas. No soy alta, ni tengo un cuerpo precioso, mis piernas son delgadas y mis manos son feas, no soy del tipo de chica que ves pasar una vez y te vuelves para mirar de nuevo y pensar lo que en voz alta podría provocar que te llevases un guantazo.

No me dan miedo las calorías, si paseamos seguramente tomaré un helado, un pastel o cualquier otra porquería de esas que te engordan a rabiar pero que a mi no me hacen ningún efecto, me gustan las cosas dulces, y también yo lo soy, tanto que tal vez decidas comerme a mí.

Odio los pies y me encantan los hombros, me resultan sexy, me encanta contonearme y no soporto ciertos piropos. Las cosquillas me ponen nerviosa y los besos me vuelven loca, las caricias me matan y el cuerpo a cuerpo me gana terreno por momentos.

Soy muy vergonzosa aunque no lo parezca, esto en ocasiones me hace pecar de inocente (descarada inocencia), canto en la ducha, bailo a todas horas con cualquier canción y me gustaría gritar tu nombre cada vez que salgo a la calle. Tengo muchos días malos, algunos un poco perros y otros que solo son días, pero todos me apetece salir a buscarte.


A veces como sin parar y otras no me apetece comer nada.Me gustan las pelis ñoñas aunque no puedo verlas si hay algo más interesante que hacer. No se me dan bien lo idiomas, puedo confundir fácilmente el inglés con el francés, pero en el castellano no tengo rival, si quieres puedes ponerme a prueba. Hay palabras que me encantan y me hace gracia pronunciar tales como golfo, perro, chocante, caprichoso, pequeño o gilipollas.

Siempre pierdo al billar, las cartas y a todo en general, pero soy un as jugando a vivir. Es cierto que a veces miento, pero mis mentiras son tan creíbles que ni te darás cuenta, soy buena, soy muy buena cuando quiero. Siempre ando en mi mundo inventado historias momentos o nuevas excusas para ti.

Lloro demasiado, lloro por casi todo, pero soy tan divertida en ocasiones que te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reírte conmigo. Me río muy a menudo la verdad, algunos me acusan de ser excesivamente feliz, además tengo una risa tan vital que cuando la oigas estarás siempre a la espera para oírla otra vez. Nunca me han enseñado a sonreír, el hoyito que me sale en ambos lados de la cara es la marca de fábrica. Soy incapaz de estarme quieta, soy demasiado nerviosa aunque quizá no lo aparente, hablo demasiado y me enfado muy deprisa, pero se me pasa muy rápido.

Lo único que puedo prometerte es que no te aburrirás conmigo porque puedo pasarme el día inventando mil locuras que hacer juntos, que te volveré LOCO y que probablemente querrás salir corriendo de lo pesada que me pongo a veces.

Soy impredecible, vivirás sin saber lo que te espera conmigo y seré yo quien marque las pautas, lento despacio rápido, despacio lento…Puede que me quede contigo cien años o puede que te deje mañana y me vaya a que me receten otro nuevo, eso no lo sabes. Con el tiempo te darás cuenta de que soy algo caprichosa y un poco coqueta también, para qué negarlo.
Te querré locamente y me equivocaré al decirlo, para que lo entiendas al revés.


No te prometo que nos vaya bien, solo que te haré feliz porque se como hacerlo, porque te conozco y porque se que puedo hacerlo.

Solo déjate llevar..."

PD.- Escritos como éste hacen que la vida y el amor merezca la pena. Te debo una postal y abrazo. Gracias por dejarme que lo traiga a este lugar. Sigue así contagiando al mundo con tu forma de ser y tu escritura; se confirma que es tu "fuerte fuerte".

domingo, 2 de agosto de 2009

Llegaré a tiempo, siendo fiel a la verdad

Se acabó reflexionar, al menos de momento.

6 días, 6, donde hubo tiempo de silencio, ratos para los sentidos, para empezar a ver esas cosas esenciales, esas cosas invisibles, esas cosas que sólo ven los que juegan a ser El Principito. Hubo tiempo para tocar sin manos, para oir lo que sale de tu lápiz o para oler el aroma que desprende las cosas que nacen del alma. Tiempo para los sentidos.

6 días, 6, en donde me encontré con esa parte de mí que llevo debajo de mi armadura. Una herramienta que rara vez me quito, que lleva protegíendome día y noche pero que sin darme cuenta en este mes de Julio me la he quitado varias veces para enseñar al mundo esas cosas que nunca dejo ver.



Y ahora al volver de mi retiro, así sin armadura, intento contarte de alguna manera para que entiendas lo que pudo pasar dentro de mí, todas esas ideas que han volado a mi cabeza, o esas que traigo anotadas a mis cuadernos a modo de compromiso.

Podría decirte que seas fiel a la verdad, que sigas a tu corazón, que no te dejes llevar y que busques a tu vida una razón. Podría decirte también que sientas la alegría de vivir según la voz de tu alma y que no dejes de pensar que es Dios el que te habla. Incluso puedo decirte que no cambies su voz por tus palabras...

Aunque a lo mejor, si te paras a pensar, todo esto te ocurre porque a tí también te arrancaron al niño que llevabas por dentro. Puede ser que, aunque no lo supieras, fueras socio de honor del club del miedo a que se rompa la esperanza o a que tu Libertad se quede sin alas...

... Podría decirte muchas cosas, pero todo lo que vaya a decirte, seguro que otros ya te lo dijeron.

Seguro que alguien se me adelantó y te lo dijo en canciones. Así que lo único que puedo hacer, es traer a este rincón formas distintas de contarte lo que he vivido durante mi reflexión.

Suya es la forma, esta es la canción. Ahora me toca decirte que llegaremos a tiempo. Ya va siendo hora de comernos el Mundo.




PD.- Este post es la unión de todo lo que pasó por mi cabeza cuando estuve fuera y resumido gracias a dos canciones. "Se fiel" de Brotes de olivo y "Llegaremos a tiempo" de Rosana, calificada por algunos como la Sabina de las mujeres. Símplemente reflexiones. Mucho más que música.

PD2.- Esta segunda posdata es una aclaración importante. Este rincón llamado Amnesia en el paladar simplemente son los cuentos que yo cuento. Hoy mis reflexiones van dedicadas a Antonio J. Rosa y a Salva Martín. Gracias por seguir ahí, gracias por venir desde Hecho en Triana hasta este nuevo hogar y sobre todo gracias por ser como esos críticos de cine, sin vuestra opinión nada de esto tiene sentido, pero a pesar de vuestros dardos la sala sigue recibiendo visitas.

... Sobran las palabras