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El niño está enfermo. Casi no se mueve. He matado la vaca y le estoy dando su sangre. Pero apenas logra tragar algo. He hervido trozos de carne y huesos hasta hacer un caldo espeso y oscuro. Se lo estoy dando disuelto en agua de nieve. Todo huele, otra vez, a muerte.
Está muy caliente. Ahora escribo con él en mi regazo y duerme. ¡Cuánto le quiero! Le he cantado una canción triste de Federico
Llanto de una calavera que
espera un beso de oro.
(Fuera viento sombríoy estrellas turbias).
Ya no recuerdo los poemas que recitaba a los soldados. Con el hambre lo primero que se muere es la memoria. No logro escribir un solo verso y, sin embargo, en mi cabeza resuenan mil nanas para mi hijo. Todas tienen la misma letra: ¡Elena!
Hoy le he besado. Por primera vez le he besado. Se me habían olvidado mis labios de no usarlos. ¿Qué habrá sentido él ante el primer contacto con el frío? Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. Él y yo sabemos qué largo es el tiempo sin un beso y ahora, probablemente, no nos quede suficiente para resarcirnos. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte. Y ahora ha regresado confundida. Olfatea ambas cosas. ¿Hay ternuras blancas y ternuras negras? Elena, ¿de qué color era tu ternura? Ya no lo recuerdo, ni siquiera sé si lo que siento es pena. Pero le he besado sin tratar de suplantarte.
PD.- "Manuscrito rescatado en el olvido" es mi capítulo favorito de esta gran novela de Alberto Méndez. Hoy me he sentado a releer y he vuelto a sentir ese pellizco en el alma. He intentado buscarle sentido, pero no encuentro explicación alguna, nunca he tenido ua experiencia de vida o de muerte parecida, tampoco llevo la marca de ninguna guerra...
Cualquier lógica se escapa a lo que siento al leer este episodio. No sé por qué razón a lo mejor únicamente me une a él los recuerdos de una vida anterior, una vida en la que fui poeta, otro mundo que me vio exiliarme, un hijo al que le cantaba nanas sin regalarle besos y al que dejé huérfano de padre....
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