lunes, 9 de noviembre de 2009

Muros, veinte años después

Hace 20 años gateando apenas levantaba dos palmos del suelo, no sabía nada de muros, símbolos ni guerra fría. En aquella época no entendía de buenos, y mis malos siempre eran los que perdían en las películas Disney.

Hace 20 años era el típico niño de dos años; gordito, con un flequillo rubio y muy inquieto, ningún gigante me podía frenar y únicamente me calmaba cuando la Televisión ponía “los periquitos”, porque así es como llamaba mi Abuela a los dibujos animados.

Hace 20 años, un día como hoy, en las pantallas nos hablaban de un día clave en la historia. 28 años de separación, 1961 un inicio, 1989 un final, dos mundos que volvían a unirse. Hablaban de una caída y no era precisamente en uno de mis juegos saltando en el sofá.

Hace 20 años, 9 de Noviembre, fue un día en el que no hubo "periquitos". Todos hablaban de un muro y nadie se paró a explicarme que significaba eso. Nadie podía imaginar que cuando fuera mayor pasearía frente a él.

Así que lo que sé lo aprendí estando allí, cara a cara; mis pies sobre Berlín.

La distancia del muro la medí con mis pasos, porque sus restos están donde quiera que vas, desde el Checkpoint Charlie hasta Postdamer Platz. Lo que supuso el muro y las guerras lo sentí en mi piel al cruzar el Memorial del Holocausto una tarde muy fría. Lo que significó ese muro lo notas en cada rincón de la ciudad, un lugar en el mundo que aprendió la lección y ahora es cuna de la tolerancia, el respeto y la igualdad. Un muro que cayó poniendo fin a un telón de acero. El final de la penúltima frontera que los seres humanos creamos.

Hace 20 años nadie me explicó nada sobre el muro, pero en 8 días lo aprendí todo sobre él y su ciudad. Me alegro de esta forma autodidacta de aprender la historia.

Algún día, dentro de 20 años, seré yo el que le explique a mi niño, gordito, rubito e inquito, la historia a mi manera, entonces no habrá ni buenos ni malos, únicamente le diré que su padre una vez consiguió derribar con sus manos un gran muro. Ese día no habrá "periquitos" pero seguro que tendrá la misma sonrisa en la cara ya que no tendrá que conocer que los Seres Humanos una vez vivieron separados por una gran pared.

PD.- Foto de una mañana de Agosto de 2008 en la que jugaba a ser Michael Scofield mientras provocaba la sonrisa de mi público.
PD2.- Espero que mi hijo pasee alguna vez frente a este muro y sea capaz de perdonar mi "mentira piadosa", seguro que en Berlín es tan feliz como yo.

PD3.- Este es el video de la actuación de U2 por el 20 aniversario de la caída del Muro, la Puerta de Brandemburgo al ritmo de One.

2 comentarios:

aaa dijo...

Gracias por seguir ecribiendo

Carlos Martín dijo...

Gracias a tí, anónimo, por estar ahí para leer