Hoy dice el periódico que el mundo late según Wikileaks,
que el Sevilla es un Grande en caída,
y que las crísis profundas no son de pareja sino de Dublín.
Mi portada me dice soñando que otro narco maligno es vencido,
que una ola de lluvia con frío se instala en tus pies,
que la ONU ha matado a Kyoto, pero sin querer.
A ocho mil kilómetros de allá la tinta y el papel me dan lo mismo.
Con permiso de la Iglesia, condones y laicismo,
te hago una de panes y de peces.
Si me das un euro lo cambio por algo más de dieciséis.
Estoy a la vuelta de un cambio profundo,
y aunque alguna vez me creyera el ombligo del mundo,
he vuelto a comprender, que aunque tú lo quisieras,
el Diario no hablará de mí por mucho que se lo pidieras.
PD.- Gracias hermanita por no dejar que los recuerdos ni las canciones caigan en el olvido. Por mucho que pase el tiempo esta seguirá siendo la banda sonora de un viaje a París.
Pd2.- Hace tiempo, de vuelta de Lisboa, te hablaba del escribir tablones por una serie de motivos pero ahora, si te digo la verdad, no me los creo ni yo mismo. Será que de tanto jugar a ser hombre invisible le he acabado cogiendo el truquillo a eso del pasar página e incluso desapercibido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario