miércoles, 23 de marzo de 2011

Letras por encargo

Me acuerdo cuando éramos pequeños y se acercaba la fecha de algún cumpleaños. En el ambiente sabíamos lo que se avecinaba y comenzaban las conjeturas sobre las posibles invitaciones. Estábamos en primaria y a todos nos entraban los nervios.

Por alguna extraña razón hubo una época de nuestra infancia en la que todos los eventos iban a celebrarse a un pequeño parque con columpios en la zona de la EXPO92. A ese lugar lo bautizamos como "el calambrillo" porque esas tardes de julio le daban a sus toboganes el misterioso poder de producir pequeñas descargar fruto de la electricidad estática. Aún así no había niño que no se subiera a ellos. No me preguntés por qué, pero ese tipo de detalles nos gustaban.

Años después recuerdo la forma en que nuestras madres solucionaban estos conflictos: "Si uno de tus amigos se tira de un puente ¿tú vas y te tiras?". Dicho así suena fuerte, pero no les faltaba razón. Yo me tiraba.

Ha pasado el tiempo de todo eso. Ese parque cerró y ahora los niños no juegan a nada. Mi madre dejó de decirme esa frase porque le dolía la boca y asumió que, más tarde o más temprano, saltaría. Y así fue. Ahora desde México, uno de mis mejores amigos me pide que le siga, pero esta vez no se trata de un salto al vacío, es algo que me gusta mucho más. Sentarme y escribir.

Pd.- Escrito publicado en la web sobre Semana Santa Pasión en Sevilla, perteneciente a ABC. Gracias por darme la oportunidad de hablar de la cuaresma desde el exilio. Un auténtico placer. Si me lo pides otra vez, de nuevo salto.

No hay comentarios: