A tí, que te levantas con resaca y recuerdos de una noche haciendo rotos a través de la ciudad. Quiero proponerte que dejes de leer. Es tiempo de brindar.
Levanta tu copa y mira al cielo. Recuerda y sonríe, en tu mundo no existen los grados bajo cero. Todo lo que tocas sale perjudicado. Incluso una tormenta no es capaz de apagar los sitios que has quemado.
Levanta tu copa. Brindemos porque nos siguen quedando cerrillas y alcohol. Cúrate con besos cualquier quemadura. Baila con descaro, incluso con desprecio, sobre las cenizas de cualquier amor.
Bebe. Hay que celebrar que somos un incendio sin control.
PD.- Tengo 48 horas para provocar en mi ciudad el mismo incendio que hace unos años provocaba en una semana. Que se prepare la feria. Tengo ganas de jugar.
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