Creo que tenía mis razones.
Había olvidado el camino. El paso lo tenía cambiado.
Si quieres llámame lento, aunque yo diría más bien, desorientado.
Porque hoy, encontré el motivo de todo.
En la suela del zapato iba pegado el corazón.
Ni siquiera sé el tiempo que pasé pisoteando.
Lo importante es que saqué suficientes razones para agacharme y volver a ponerlo en su sitio.
Yo muchas más que vosotros....
PD.- Este poema pertenece al libro de Escandar Algeet "Alas de Mar y Prosa". Una lección de razones que hacen que todo valga la pena.
1 comentario:
Me gusta mucho tu entrada.
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